Testimonio y experiencia. El psicoanálisis, su transmisión
Ediciones Kliné, Bs. As., 2019 Autora: Noemí Sirota
abril, 2019Presentación del libro Testimonio y experiencia de Noemí Sirota
Clelia Conde: Buenas noches, estamos todos muy contentos de estar reunidos hoy acá. Se va a hacer la presentación del libro de Noemí Sirota y no es eventual, sino necesario que esta presentación se haga en la Escuela. Me parece que eso es algo a señalar.
El libro de Noemí Sirota, Testimonio y experiencia. El psicoanálisis, su transmisión, es de Ediciones Kliné y pertenece a una colección, que es Campo Lacaniano. Nada de esto es porque sí, todo tiene su importancia y su relación en el entramado del libro.
Por la solapa del libro, ustedes se van a enterar que Noemí Sirota es analista miembro de la Escuela y que fue AE durante el período 2014-2017. La solapa también nos va a enterar que es integrante del consejo de la Fundación del Campo Lacaniano y autora de varios libros en colaboración, pero la solapa hay algo que solapa. Es decir, hay algo que no llega a decir y que lo irá diciendo el libro en acto.
La creencia, la transmisión, la creencia en el trabajo con otros, la búsqueda de la apropiación de una lógica de los dispositivos de escuela que permiten acercar su eficacia a todos aquellos concernidos por este oficio tan particular, tan singular, que es el oficio de analista.
El libro, seguramente, también les dirá la honestidad, la autenticidad de este propósito para la autora. Pero aunque confío ciegamente en que este efecto estará presente para ustedes en la lectura, yo también, y siguiendo un poco la provocación del libro, quiero ser su testigo. Soy su testigo. Testigo y dar testimonio de lo que Noemí Sirota nos ha enseñado con su práctica y su permanente búsqueda de hallar otro modo de decir las cosas, un otro modo siempre y cada vez más cercano a la exigencia ética del psicoanálisis.
Su cuidado con las palabras, de las cuales todos nos hemos beneficiado, todos hemos sido ayudados por su cuidado por las palabras, no es otra cosa que su cuidado por las personas.
La Escuela le debe mucho a su coraje, a su decisión, por eso para este libro tengo más que una recomendación, un imperativo, que es uno de los temas que Noemí Sirota ha trabajado mucho en la Escuela, un imperativo freudiano, que consistiría en decir algo así como “allí donde hubo alguna duda en la eficacia respecto del dispositivo de pase, este libro va a advenir”.
Es un imperativo amistoso, es un imperativo no superyoíco de que ustedes puedan encontrar en él lo que hemos encontrado nosotros cuando lo trabajamos en su seminario y lo que reencontramos y profundizamos cuando lo leemos.
Entonces, es para mí un honor muy grande recibirlos a ustedes en la Escuela y recibirlos para la bienvenida a este libro autentico, honesto, trabajoso y sincero sobre el pase.
Bueno, van a hablar por orden Ana Casalla, AME de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, Ursula Kirsch, AME y AE de la Escuela Freudiana de la Argentina, Norberto Ferreyra, fundador de la Escuela Freudiana de la Argentina y AME, presidente de la Fundación del Campo Lacaniano. Bueno, los dejos con Ana.
Ana Casalla: Buenas noches: quiero decir que, en realidad, tengo toda la emoción yo también de presentar este libro de mi amiga, Noemí Sirota, porque, como lo decía Clelia, el cuidado de ella también es hacia las personas y eso se siente en el trabajo. Hemos compartido jurados, conversaciones sobre el pase y esto es muy presente, así que estoy muy agradecida de esta invitación y es un honor para mí estar acá, en la Escuela Freudiana de la Argentina, con quienes nos unen tantos lazos, especialmente, para mí, en relación al Pase.
Bueno, voy a tratar de des-emocionarme y, además, por esto de compartir la mesa con estos compañeros que aprecio muchísimo.
Ahora, el comentario: Testimonio y experiencia. El psicoanálisis, su transmisión comienza situando que el hombre contemporáneo habría sido privado de la experiencia de hablar a otro y que, en la modernidad, la expropiación de la experiencia es la pérdida de su correlato, la autoridad de la palabra. Nadie estaría dispuesto, en este sentido, a aceptar como válida una autoridad cuyo único título de legitimación fuese una experiencia.
Que el libro comience situando entonces que sea el saber sobre la experiencia lo que toma el lugar de validación en la ciencia moderna prepara el terreno para llevarnos a pensar qué lugar le cabe entonces al psicoanálisis.
El psicoanálisis da lugar a la experiencia de hablar a otro, subraya, haciendo de eso la ocasión que fundamenta su práctica. La osadía del inconsciente consiste en darle valor de verdad a aquello que proviene de la experiencia de hablar. La autora plantea asi, poniendo en tensión la ciencia y el psicoanálisis, afirmando desde el inicio una posición, la de que el psicoanálisis es un síntoma. A su vez, su propia y productiva osadía ha sido la de pensar y desarrollar la función del testimonio como columna vertebral del libro y/o de la experiencia psicoanalítica.
Desde allí es que nos va a dar sus razones no razonadas, sino a ser habladas y escuchadas en un tramo anterior que forma parte de la elaboración del libro. ¿A qué me refiero? Esta forma de libro es producto de la lectura que hace la autora de un seminario de ocho clases que ella, Noemí Sirota, dio acá en la Escuela, cuyo título parece el mismo que el del libro, sin embargo, seguramente, el seminario no es el libro.
Lo digo porque estuvo planteado en ocho clases en un espacio llamado “Razones de la práctica”, que hace base en la escuela, se localiza en la escuela, en este caso, en la escuela de la Argentina. Eso es una razón que del acto que quiere extraer una enseñanza de una experiencia, la del pase, sostenida por dos condiciones: una, la localización en la escuela del seminario y, la otra, que se vale para ello del testimonio. Sin embargo, esto no es una declaración, lo hace. Me es muy difícil, sino imposible, explicarles cómo, o sea, hay que leerlo para saberlo.
¿Por qué me es muy difícil? Porque en esta presentación de este libro necesito pasarles algo que indique la dirección que toma el libro en el psicoanálisis, se trata de una experiencia y del valor que toma en ella el no saber.
El libro dice así –ahora lo cito textualmente–: “Si el saber que se pone en juego en el análisis es un saber que lleva sobre sí el analizante, del cual él mismo no sabe; si cuando hablamos del pase, en relación con la autorización, afirmamos que quien quiere ocupar el lugar de analista se autoriza de él mismo y por algunos otros, que esa tercera persona, ese testigo, es el que da testimonio de eso que se da a saber y que es necesario transmitir a la comunidad de analistas, y que es un saber hacer con el síntoma, y a partir de la experiencia con el análisis. Que pueda transmitirse en el lazo social, es decir, pueda pasar a discurso, es una pretensión de la que, como analistas, no podemos prescindir”, nos dice Nomi.
Y luego, teniendo en cuenta las razones que hacen a la práctica, a la experiencia, articula el tema del testigo y del testimonio en función del saber, en disyunción del conocimiento, el imposible de hacer conjunción con la verdad. Es decir, el saber que surge de prestar asentimiento al inconsciente como saber articulado a la falta.
Es tan fuerte la experiencia de lectura en la cual se rompe el conocimiento en acto de viejos saberes con la lectura que procura el libro que vuelvo a recomendar que se lo lea.
Como la precisa diferencia entre el Otro como lugar y el sujeto supuesto saber que no es el Otro, demostrando que es una figura, diferencia de enorme utilidad clínica. Sobre qué quiere decir figura, los remito a la lectura del libro, pero nos aclara que, en el trabajo de la transferencia, se produce un rehusamiento a hacer coincidir el Sujeto Supuesto Saber y el lugar del Otro y, a la vez, se sostiene el trabajo de esta suposición sin hacerse sujeto de ella. Y señala que el resorte de la operación es hacerse objeto.
Los conceptos se renuevan y descompletan, en una lectura que nos brinda la autora, entre el seminario de Los cuatro conceptos… y otros como Ou pire, Seminario XXIV, L´insu…, el seminario Los no incautos yerran y también De un otro al Otro, siendo, por supuesto, la proposición base de este desarrollo.
Particularmente, se desglosa en forma muy entendible y clínica de qué se trata en la identificación al síntoma. Leo: “entiendo que identificar al síntoma supone identificar la situación de deseo que el síntoma aporta. Cómo del síntoma, en un análisis, surge el deseo del analista porque toda la realidad del síntoma no deviene en saber, sino que está el a como letra”.
Y, también, se pone al debate si se trata, en el Pase de verificar el fin de análisis o de la constatación del deseo del analista. La sutileza y finura en el decir toma dimensión cuando habla de que un testigo perfecto, como Primo Levi, lo es porque dice “de los límites de lo humano”, articulado a la dignidad que implica el valor de la palabra. En ese punto, para Primo Levi lo testimonial es única razón para sobrevivir.
La sutileza de Nomi, su posibilidad de interpretar, ubica desde allí el testimonio de la experiencia del análisis, testimonio de eso en el pase, hacer decible el síntoma que eso pase a discurso.
Es en la misma lectura del libro, siguiendo las vueltas que trae su escritura, que nos hace tener la experiencia de que hay un real que no pasa a la palabra, un inenarrable del cual se testimonia. Nos explica, pasa, es terreno del no saber. En eso, la autora se sostiene no dando explicaciones y trayendo varias voces en el libro o un libro dentro del libro.
Efectivamente, de aquel seminario dado se han traído los comentarios de quienes han escuchado sus clases y que ella lee y retoma cada vez, donde no se trata nunca de concordar saberes, sino de hablar.
Como un testimonio de lectura sobre lo que se escucha, hacen un pasaje ficcional del libro dentro del libro, curioso e interesante, que aporta seguimientos diversos de los temas en los cuales se llega a cuestiones que muchas veces se resuelven en esa conversación o no, porque no se pretende resolverlo, se pretende testimoniar y, con o sin intención, se hace de eso un efecto de enseñanza.
Esa posición de la autora enriquece el decir, se produce algo más con otros. Recuerdo, de un trabajo en común con ella en un jurado de pase, su posibilidad de alojar lo que se dice, dar lugar a los equívocos que allí se producían. Es el estilo que distingue el libro de su autoría, la relación al inconsciente. No se trata del acopio de saber, se trata de la elaboración del saber que concierne al asentimiento del inconsciente.
De Nomi sé poco de su vida, pero esta amistad que nos une a través de compartir carteles de pase o jurados de pase, según de cual escuela se trate, nos encontró en una afectuosa afinidad que propicia apertura, confianza y el entusiasmo del trabajo compartido.
(Aplausos)
Ursula Kirsch: Hola, buenas noches. Comparto plenamente las palabras de Ana y, en esta experiencia de presentar un libro, el libro de Noemí Sirota, lo que puedo hacer es comentarles mi experiencia de lectura, puedo hacer eso. En ese sentido, les pido que disculpen una cierta parcialidad porque, como Ana recién dijo, hay varios caminos que se pueden recorrer en este libro.
Se trata, por supuesto, de como dice el título, de testimonio y experiencia. La palabra experiencia tiene para nosotros, en el psicoanálisis, una función especial porque es la referencia para fundamentar lo que practicamos o lo que intentamos teorizar.
Siempre decimos “la experiencia del análisis”, Freud decía “la experiencia del análisis”, es un modo particular de tratar de articular en lo que se dice la práctica, simbólico, imaginario, real, en lo que se dice, de transmitir algo de eso.
Plantea una pregunta: ¿qué es, en realidad, lo que llamamos teoría? ¿Cuando Freud escribe o cuando Lacan escribe, qué es la referencia? Se vuelve para nosotros un saber por la distancia, pero es en su esencia el mismo intento de dar cuenta de la experiencia.
Por esto, lo que me llegó de este libro es que en este libro se trata de la experiencia de una experiencia particular en el sentido de que es un libro que dice lo que hace y hace lo que dice. Es un libro que testimonia y lo intenta articular, intenta transmitir la experiencia de haber testimoniado, una experiencia que resulta de la veridicción de una práctica que no busca la verdad, sino que toma como verdadero lo que se dice, lo que resulta que queda dicho. Por eso, la necesidad de discurso, porque sin decirlo no habría modo de encontrarlo.
En esta experiencia de pase se trata, también, de algo que sucede al nivel del saber, como quedó mencionado en lo que decía Ana recién. ¿Qué pasa con el saber? Lo clásico del saber, el análisis empieza porque el analizante se encuentra con un saber no sabido, es clásica esta entrada, el saber no sabido, el saber del inconsciente.
Ahora, ¿cuál es el sabido que resulta de la experiencia del pase? Dice Noemí Sirota, el pase es un lazo social que se engendra por suspender del saber su certeza. Así, el pasante se encuentra con algo sin saberlo mientras da el testimonio y el pasador, que es quien lo escucha, se encuentra con algo sin saber lo que es. El pasante habla, en ese testimonio, según su testigo. ¿Y de qué está hecho ese testigo, qué funciona como testigo? Está hecho de lo que no sabe, de lo que solo sabe que puede aparecer si dice.
Ahora, ¿qué sucede entre en análisis y el pedido de pase? Bueno, el pedido de pase coincide con un momento específico del análisis, donde al analizante le sucede algo así como que se da cuenta, “ahora sé que él, el analista, no sabe”. ¿No sabe qué? Eso mismo dice, no sabe algo. ¿Y ese algo que no sabe, entonces, quién lo sabe? Un saber pasa del análisis de la transferencia al sujeto ahí, al analizante que pide ser pasante.
Decía lo de la teoría porque el libro se enmarca en lo que es transmitido en la enseñanza de Lacan al respecto del pase. Una de las cuestiones que Lacan articula, Lacan articula el fin del análisis con algo que sucede con la imagen, dice que en el fin de análisis se trataría de un saber hacer con la imagen.
Ahora, si venimos de un no saber, del insabido, ¿cómo sería este saber hacer con la imagen, no es cierto? Podemos pensar “sí, hay algo que sucede con la imagen evidentemente porque, en el momento en que el analizante se da cuenta que el analista algo no sabe, entonces no sabe él, algo pasa con la imagen”…
Ahora, esto se desprende del libro con mucha claridad, ¿con qué cuenta el pasante en el momento de dar testimonio? Con un único apoyo, la confianza en ese no sabido a producir.
Ahora bien, ¿entonces cómo sería este saber hacer con la imagen, que Lacan propone para el fin de análisis? Bueno, precisamente se trata no de la entronización de la imagen, sino de tomar eso de la imagen que opera. ¿Qué es lo que opera de la imagen en el momento en que un analizante pide el pase? Opera la caída de esa imagen.
Y entonces, otros dichos de Noemí Sirota sobre el saber. El saber que se pone en juego en el testimonio del pasante y que el pasante transporta es otro que el atribuido al sujeto supuesto saber que inaugura la transferencia. Quien da testimonio del dispositivo del pase no es autor de su texto, quien da testimonio del dispositivo del pase no es autor de su texto.
Un testimonio hace saber a otro lo que quien habla no sabe que está diciendo. Ese no saber encuentra su encuadre, su límite entre la determinación por lo traumático y lo imposible de saber de un goce enganchado a una cierta situación de deseo.
Hay una frase, hay una palabra que Noemí Sirota rescata, la palabra del pase, el (gigolet), cuál es la palabra del pase, es algo que se escribe porque se escucha en el testimonio, por parte del mismo pasante, como eco pulsional del hecho de que hay un decir sin saberlo. ¿Qué lengua se habla en el pase? Es la que deja escuchar entre uno y otro de los pasadores las marcas de goce de las que el testimonio es testigo sin saberlo.
Es tan fuerte la apuesta a lo que sucede por el hecho de intentar enunciarlo que el libro propone una nueva vida, una vida posible, una relación al deseo. Y, como Noemí Sirota dice, el pase nos enseña.
Con eso quiero recordar que Noemí Sirota trabajó en la Escuela, ya desde el año 2005, con una actividad que ella propuso y que denominó “Lo que el pase nos enseña”. Una pequeña muestra fue una vez un libro en el que logramos recopilar trabajos relativos a testimonios de trabajo de integrantes del cartel de pase, fueron testimonios de pasadores… Fue una actividad que se hizo durante mucho tiempo en la Escuela.
Así que los invito a leer el libro, hay muchos temas y es muy importante para el psicoanálisis.
(Aplausos)
Norberto Ferreyra: Buenas noches. Yo voy a presentar el libro… yo pensé que íbamos a conversar, pero no fue así. Podríamos conversar sobre el libro después, ¿no? Para que sea más entretenido para ustedes, no para nosotros.
Yo vengo en condición de colega y un amigo de ella, está claro, y no voy a referir tanto a la teoría, sino al libro, porque para eso no es necesario ser psicoanalista porque se puede leer, es un libro acerca del pase que puede leerlo alguien que no sea psicoanalista.
Esto quiere decir muchas cosas, quiere decir que está escrito de un modo donde cualquiera que pueda leer, y lo digo así, pueda leer simplemente, puede entender lo que se dice. Esto es un mérito del libro de Noemí Sirota porque transmite cuestiones que son muy complicadas de una manera simple. Hay cosas que están resueltas y otras que no, pero las que están resueltas no es solo porque ella no las resuelve, sino que no están resueltas todavía.
Es un libro que no es militante, esto es muy importante porque a veces hay militancias con el pase, contra el pase y son fundamentalismo de la resistencia, en el sentido de que no es fundamentalista, dice lo que dice sobre el pase. Es cierto que hizo el pase porque y por eso es que ella lo escribe, yo no lo sé. Lo único que tengo la idea es que ella hizo el pase, que es un… les voy a leer algo que dice ella sobre el pase.
Ella hizo el pase y eso la ayudó a hacer con el pase un objeto, que es este, que es lo mismo que dice Edgardo (Sain) acerca de lo que es el testigo. El testigo tanto es aquel que habla como aquel que hace el pase de una maratón a otro para que siga corriendo, es decir que son palabras y objetos. Este es el objeto no efecto del pase de ella, sino porque es el objeto que ella construye luego de haber pasado el testigo.
Pasar el pase no es simplemente tener un título, eso no sirve para nada, sino saber que hubo una experiencia de análisis y que el que pasó esa experiencia la quiso contar, nada más. Esto sumado a si está bien hecha o no está bien hecha. Que esté bien hecha no quiere decir que sea bella, linda, etcétera, sino que tenga efectos en relación a descubrir algo más allá de lo que es o más allá y con lo que es el no saber. No tiene otro alcance el pase, lo demás son místicas o son fundamentalismos que los grupos idealistas se postulan para tener posiciones políticas.
Es decir que el pase es simplemente eso, algo que tiene que contar su análisis a alguien, hay dispositivos, hay escuelas, son diferentes, hay diferencias entre los dispositivos y en algunas cuestiones importantes, pero Noemí Sirota cuenta tan bien los dispositivos, o al menos el que se practica acá, sin pronunciarse si es mejor o peor, las cualidades y los vicios que hay porque se plantean los problemas.
Es decir, es un libro sincero, pero no en el sentido de ser sincero, sino es un libro transmitido muy valiente porque afronta la posibilidad de decir “bueno, ¿pero vos que decís sobre el pase?” Eso del pase está ahí, lo que dice sobre el pase. Es decir, el análisis que se puede hacer con el pase no va más allá de lo que puede estar escrito por alguien que hizo el pase o no, pero el haber hecho el pase da un privilegio que algunos pueden tenerlo por haberlo hecho, por haberlo pasado, y también son testimonios de quienes no fueron pasados, no pasaron, y también son tan importantes como los que pasaron.
Esto lo digo porque en psicoanálisis, en nuestro inconsciente… bueno, voy a leer lo que dice Noemí Sirota del inconsciente para ver cómo lo defendemos. Noemí Sirota dice “el inconsciente consiste en darle valor de verdad a aquello que proviene de una experiencia, la de hablar. Su transmisión requiere “de otro modo” porque hace falta que se diga, el testimonio y el testigo surgen entonces como cuestiones de La proposición de Lacan –que es un texto que Lacan habla sobre el pase, para los que no tienen por qué estar enterados– da marco a que se (…) La experiencia de un análisis es un encuentro con un traspié, que por ser interrogado, hace surgir una dimensión de sorpresa, de lo que el inconsciente viene a querer decir, de un saber que no se sale y que proviene de otra escena”.
Aquel testimonio del pase, que es a lo que me refería antes, esa sorpresa de hablarle otro, que es el pasador y que son dos, trae una novedad a quien habla, que es el que hace el pase… porque le habla a uno a otro sin el amparo tenido en la transferencia. Es decir, que es alguien que ya puede levantar el análisis, pero no se ampara en la transferencia. Ustedes saben que la transferencia da para todo, para lo peor, para lo mejor y también para ampararse uno de todo, por eso, a veces, el final del análisis se demora.
En ese sentido… bueno, una novedad, porque le hable, hable a dos, tres, quien habla una novedad porque le habla a uno y a otro, que son los pasadores, lo que escucha el pasante, sin el amparo tenido en la transferencia. Surge así la posibilidad del deseo del analista según lo que hace real “su” experiencia en el análisis.
El “su” está entre comillas, por eso les digo que el libor hay que leerlo, eso quiere decir que ese “su” se fabrica en el análisis de cada uno y también puede ser alguien que sea albañil–digo albañil no sé por qué, está mi amigo acá–, un albañil porque un albañil también hace con su, con su saber, con su síntoma, como se dice. No es necesario ser intelectual, ni médico, ni doctor para analizarse ni para hacer las cosas como se deben hacer. Es decir, como las cosas lo demandan.
Entonces, entiende el pase Noemí Sirota como un modo de transmitir la experiencia en el análisis y allí constatar el deseo del analista, surgiendo de dicha experiencia que la autorización del analista a partir de su deseo del analista, desde el testimonio, es decir, desde la construcción de su testigo.
Esto es lo que yo me refería, que quiere decir su testigo, su, se tiene que apropiar de eso que hace y este libro es un ejemplo no del pase, sino de cómo alguien se puede apropiar de lo que hace, sacándole de uno mismo, es decir como un objeto, un arquitecto puede hacer un edificio o un obrero clavar un clavo. Hay algo que se introdujo, una modificación en el real, estoy haciendo algo.
Acá, Noemí Sirota transmite cómo ella hace. No es que sea un libro clínico, con casos de pacientes, nada por el estilo, pero uno puede escuchar cómo ella hace cuando trabaja no como analista, sino escucha por el modo de decir las cosas. Eso es lo más importante, que, para mí, en todo libro de un analista tiene que escucharse, aunque no esté dicho, cómo trabaja. Acá eso se logra, eso lo transmite, alguien que se analice también lo puede sentir.
Lo que me parece más importante es algo que toma de Oscar Masotta, cuando Masotta diferencia que hay dos tipos de legitimidades, una es cuando hace una legitimidad de hecho y otra de derecho. Acá, el pase de hecho que se produce en el análisis encuentra legitimidad discursiva en el dispositivo que lo produce de derecho, hacer escuela al articular la intención de un análisis en lo extensivo de su transmisión.
Esto es muy importante porque en la mayoría de la experiencia del análisis, y esto que está desarrollando, no digo brillantemente porque no se le dice nada, pero de un modo claro y, sobre todo, que se nota que lo está diciendo alguien, hablarle al otro cuando escribe está presente en el estilo y es algo logrado.
En este sentido, yo decía que lo que se produce en el hecho es cuando algo está demostrando que es así, pero eso pudo haberse acostumbrado a hacer antes sin estar la ley. ¿Este libro qué hace? Para mí, legitima el derecho que le adquiere a poder hablar de su experiencia, no de pasante, su experiencia en relación al inconsciente y a su análisis y, sobre todo, lo que puede hablar respecto de cómo puede progresar el análisis porque, después de todo, esto es, para los que son analistas y quieren serlo y los que no son podrían tener en cuenta para otras cosas quizás, lo más importante es tener que alguien siga. Si no hay alguien que siga, que a veces ocurre que aquellos que siguen no son suficientes, tienen insuficiencia, se corta la serie.
Entonces, este es un libro, a mi interés, lo más importante que logra esta visión tan clara y profunda en este sentido, que lo que quieren seguir pueden leerlo. Los que no quieren seguir, no tienen por qué leerlo porque si no quieren seguir, por más que lean, no van a seguir. Es decir, analista puede ser cualquiera, pero no cualquiera es analista.
En este sentido, celebro este libro. También podríamos publicarlo en la editorial, de la cual también somos socios, y también espero que haya rebote de este libro, en el sentido de que haya comentarios acerca, sobre todo, sobre el pase, que acá en Argentina… no digo que sea el único porque eso lo deja solo al libro, pero es uno de los pocos que habla claramente de cómo se hace el pase en esta Escuela, para que sea criticado o vetado o copiado.
Es decir, está claramente en las razones del análisis por el cual el pase se hace así, y no es que sea mejor o peor, es un modo. No hay nada mejor o peor, sino lo que uno hace existir. Si hay algo mejor o peor, estamos en el fundamentalismo, que insisto, eso es lo peor que nos puede suceder porque ya no creemos en el inconsciente, sino creemos en ideología o en el amo.
Este libro tiene la virtud de poder transmitir algo sin ser amo. Es decir, esto es el mayor elogio que puedo hacer.
(Aplausos)
Noemí Sirota: Bueno. No me queda más que un enorme agradecimiento por las cosas lindísimas que han dicho de mi libro y del trabajo que hemos hecho muchos de los que están acá porque, en realidad, cuando lo lean se van a dar cuenta que muchas intervenciones que retomo. Fue un entramado el trabajo de este libro, un entramado entre el seminario y el objeto que termina siendo el libro, pero con las voces no solamente mías, sino de muchos de ustedes que estuvieron, intervinieron, dijeron. Porque dijeron, los escuché y retomé muchas de las cosas que han dicho.
Así que, en ese sentido, estoy muy agradecida, es nada más que una invitación a que, como digo en algún momento en el libro, a que pase el que sigue. Es decir, sobre todo, el interés de que el porvenir del análisis exista, sea efectivo, tenga no solamente una duración, sino una existencia y una efectividad y es por eso que también está hecho el esfuerzo, como hacemos muchos en esta Escuela, de transmitir el análisis como lo hacemos, intentar transmitir cómo lo entendemos, como lo creemos y también es producto de lo que me viene de esta Escuela, que es la formación.
Quiero agradecer especialmente a Carolina Menon, que no sé si está por ahí, que fue la que aceptó y soportó la incordies de mi insistencia porque era mi primer libro firmado solamente por mí y los ataques de pánico de cómo va a salir esto y cómo está lo otro y si la corrección… Es la correctora.
Y bueno, un agradecimiento enorme también para Gabriela Cosin, que es la que ha cuidado la edición del libro. Solamente tengo una cosa para reprocharle, que la foto salió como incendiada. Es problema de la imprenta, pero bueno, prefiero decir que está encendida.
(Aplausos)
Ahora los invito a brindar y a comer algo. Hay bebidas adelante y en las salas de atrás, así que no nos agolpemos todos en un solo lugar.
Norberto Ferreyra: Yo quería agregar algo, que tiene que ver con lo que decía Noemí recién acerca de las intervenciones de las personas.
Es difícil que una persona –yo lo hago, pero más allá de eso porque yo soy testigo de que estuve en el seminario y después lo leí– publique todas las intervenciones de los asistentes. Acá no falta ninguna. Eso es la generosidad, pero también es por aceptar que el otro diga lo que diga, si está, está, aunque diga una barbaridad, aunque insulte, tiene que estar porque está actuando de asistente de una práctica del psicoanálisis que el seminario fue al caso.
Así que, Noemí Sirota, en ese sentido, es un ejemplo… Yo conozco otras personas que publican el seminario y sacan a tal o al otro. No es que se es más limpio o no por hacer eso, sino que hacer eso les parece que es mejor, pero no es mejor como persona, uno hace eso porque trabaja con los otros. Si están ahí, uno los tiene que contar. Ella no tuvo que contar a nadie, que yo sepa. Si no es así, me arrepentí de lo que digo.
Esto fue expresado por Lacan. Lacan transmitió el psicoanálisis, la mayoría, oralmente, y estas intervenciones están en sus seminarios, sobre todo en aquellos que no fueron censurados. Es decir que todo lo que se dice puede servir. Si uno cuando practica una práctica en la Escuela o donde sea o institución o en una plaza, tiene que saber que cualquier cosa que se diga puede servir.
Bueno, eso nada más y gracias Noemí.