Difusión

HACER MEMORIA

Presentación del espacio

Desde el Directorio, a través de la Secretaria de Difusión damos a conocer  un nuevo espacio: Hacer memoria.

La politica de trabajo que orienta la práctica de hacer escuela implica tambien hacer historia.

Practicar la memoria de aquellos hechos o acontecimientos cuyas marcas constituyen referencias en nuestra experiencia, leer nuestras marcas hace al porvenir.

¿Cómo aquello está vivo hoy en nuestra práctica?

Creemos que esta práctica es vital, porque pone en juego al inconsciente en tanto es un tipo de memoria particular, que implica la función del olvido como el agujero que hace lugar a la verdad y al retorno como falla en el saber, es decir como síntoma.                  

Así entendemos que en esta lógica se inscribe esta propuesta de trabajo que hace lugar al decir respecto de aquellas marcas

En una apuesta para que el Psicoanálisis siga: NO HAY PORVENIR SIN HISTORIA.

En archivo adjunto enviamos el texto con el que abrimos este espacio que invita a Hacer Memoria en ocasión de conmemorar el nacimiento de Jacques Lacan el 13 de Abril de 1901,  convoca a practicar la lectura de aquellas marcas que siguen dando que hablar.

Patricia Pirolo Responsable Secretaría Difusión
Analia Freiberg. Co-responsable
Colaboran Cristina Bacchetta y Noemi Sirota.


6 de mayo de 1856 nacimiento de Freud

El inconsciente a la huella

Recordar el nacimiento de Freud, ocurrido el 6 de mayo de 1856 es h(a)cer memoria, en ese acontecimiento, de ese modo de saber especifico que Freud hizo entrar en el mundo. Esa forma de memoria particular que incluye la función del olvido como signo de verdad.

El saber y la verdad que Descartes separa, fundando el pensamiento moderno, y Freud articula al deseo.

Un saber que no se sabe a sí mismo, y por escucharse señala una relación a la verdad del deseo.

 Freud nace en un tiempo de conmoción; la felicidad es una idea nueva en Europa, tras años de guerras, masacres, en diferentes lenguas y costumbres los hombres reclamaban la abolición de regímenes monárquicos, y bregaban por la propagación de los idearios de la revolución francesa, la revolución industrial los avances en el campo de la ciencia.

Las dificultades de la economía obligan a su familia a trasladarse a Viena, marcan el comienzo de su vida y dejaran huellas. Orientarán su búsqueda.

Así como las amadas piezas de arqueología ocuparon su entorno de trabajo, como testimonios de la historia de la humanidad, así el tiempo vivido en cada historia recogida del relato de aquellos que se pusieron a hablar con Freud han hecho que el Psicoanálisis tome forma en los avatares de la vida de cada sujeto en los lazos sociales.

El hablar a otro, es la materia que da lugar a que el Psicoanálisis como discurso sobreviva y anime nuestro qué hacer. Ese hablar a otro, hacerse escuchar muestra y demuestra, si hay acto analítico, que en lo que se dice algo queda excluido, algo se sustrae y da para suponer una guarida para el sujeto en la que ese modo de saber inconsciente se enlaza en transferencia, por amor y repite allí lo que con la lengua materna hizo cuerpo que habla. Inconsciente, repetición, transferencia, pulsión; términos que dan fundamento a nuestro acto.

La presencia de Sigmund Freud, su descubrimiento ha cambiado las cosas de rumbo. Cada año que recordamos su fecha de nacimiento nos coloca ante la enormidad de su producción, la agudeza de su escritura, la forma en que la polémica, el amor a la verdad, la práctica de la interrogación llevada al estatuto de una Ética, se transmite en la formación de los analistas.

Sexo y muerte nombran lo imposible en el completamiento del saber. Es de ese imposible que Lacan inventa Su real, de esa hiancia del inconsciente que Freud echó a rodar.

No es sin Freud, sin su antecedencia que J. Lacan se pone a leer ese relato, “en busca de autor” como diría Pirandello cuando articula la relación entre ficción y realidad en el fantasma lógicamente articulado.

Es contando con esa antecedencia que podemos considerar a Freud como fundador de discursividad.

A mi entender considerar el Psicoanálisis como discurso despeja ese efecto de sentido, que resiste a la transmisión, que es el efecto superyoico con correlato religioso.

Requiere que cada uno crea en su decir, el decir de Freud y haga de su acto, autorización de su lui meme. Un reinventar el psicoanálisis y se forme de su acto en el recorrido de ese retorno a Freud que Jaques Lacan ha sabido hacer, generar y transmitir; ese retorno del que nuestra formación no puede ni debe prescindir.

Noemí Sirota
Mayo de 2025


No hay Freud sin Lacan.
O
Retorno al porvenir.

Por Patricia Pirolo

“Decir tiene que ver con el tiempo, y que la ausencia de tiempo se sueña y que es eso lo que se llama eternidad”.

Jacques Lacan 15 de noviembre de 1977.
Seminario Momento de Concluir.

El 13 de Abril de 1901 nace en Paris Jacques Lacan.

Celebrar este acontecimiento pone a jugar una dimensión del tiempo en sintonía con la temporalidad que se pone en juego en el análisis –que no es cronológica sino lógica – descubierta por Freud en el inconsciente, y articulada en los desarrollos propuestos por Lacan.

Su paso por el mundo dejó su marca.

De su enseñanza es posible extraer las condiciones necesarias para la operación de retorno a Freud que Lacan propone, lo cual nos remite a encontrar las marcas que redefinen el inconsciente y la práctica analítica.

En su escrito L’étourdit (1972) Lacan dice: “El decir de Freud infiere de la lógica que toma como fuente el dicho inconsciente. En tanto Freud descubrió ese dicho, él existe.” Es por y con el acto de decir que Freud funda el Psicoanalisis, que Lacan formalizo como Discurso, como lazo social inédito.

A partir de Freud, el inconsciente adquiere una dimensión respecto del decir.

¿Cuál es la operación que Lacan realiza? ¿Cuáles son las consecuencias para la práctica analítica?

Cuando alguien habla en el análisis -en transferencia “por” y “con” la presencia del analista se escucha -en lo que dice – las marcas por las que ha de pasar por el hecho de hablar. Afectación que el lenguaje produce, en tanto que la palabra muerde al cuerpo, función significante que atañe a ese recorte del cuerpo.

Naturalidad perdida para el hablante, discordancia fundamental, entre el cuerpo como organismo y el discurso

Es decir,  a partir de la enseñanza de Lacan con Freud constatamos que la ex –sistencia del inconsciente implica imposibilidad de articular en palabras ese resto que está articulado, imposible de satisfacer. Sujeto dividido por acción significante y por el objeto que Lacan escribe a, resto de esa operación,irreductible, imposible de decir y que sin embargo nos hace hablar, nos causa. El lenguaje es condición del inconsciente. El sujeto es siempre efecto de esta operación..

El campo del psicoanálisis es el de esta pérdida,  sostenido en y por esa diferencia.

Se instituye una nueva topología para dar cuenta del sujeto hablante: un campo de goce, más allá del principio del placer. Hay marca, inscripción de esa falta fundante y es posible una operación de traducción.

Un estatuto de la falta que no sólo  no es deficiencia sino que se articula en tanto es posible hacer algo con eso.

En nuestro horizonte el psicoanálisis se orienta en relación al sujeto en el orden del deseo, se trata de una práctica que restituye la función de la falta como dimensión constitutiva de lo humano y por lo tanto de su inalienable dignidad.  

Alhablar en el análisis el inconsciente se hace discurso,  y es cerñiido por la práctica analítica: -.El trabajo del inconsciente –sueños, lapsus, tropiezos- se hace saber.  Pasa a ser un saber hablado no sabido. Un saber que se articula al que se le supone un sujeto.      

No hay análisis sin analista

 Operación de lectura que Lacan realiza en su retorno a Freud;  la clave es la relación del sujeto al significante. En psicoanálisis se instituye un  sujeto dividido, que surge como efecto del significante y de allí su sujeción al inconsciente. Un significante representa a un sujeto para otro significante.

Se trata del par ordenado, lógica que Lacan despliega y formaliza en su enseñanza: La relación entre S1 y S2 de la cual el sujeto es efecto. Sin la constitución de un S2 como un saber no sabido, no hay efecto sujeto. No hay sujeto previo a esta operación.

En el movimiento de retorno a Freud este estatuto del sujeto hace objeción a la idea de un inconsciente con contenidos, comandados por lo instintivo. “El inconsciente es lo que decimos.” [1] Como afirma Lacan en su Escrito Posición del Inconsciente. En las fallas, en las fisuras, en los tropiezos, solo en y por el hecho de hablar es que tenemos noticias de su existencia, de aquellos rastros, de aquellos pensamientos activamente pensantes. Esta es la lógica que se lee en el texto freudiano.

Por la escucha del analista se instaura un tiempo de hablar en el cual es posible que se produzca un decir.

El dispositivo analitico fundado a partir de la palabra a condición de cederla,  genera las condiciones de posibilidad de real-izar ese pasaje, para quien habla- el analizante –pasar de ser hablado a hacerse sujeto de un decir.                                                                       Por la posición del analista en la transferencia se produce esta operación: Corte que abre ahacer del determinismo una causa

Se trata dela subversión que el sujeto introduce EN el orden del deseo. Subversión -ese trastocamiento de la relación del sujeto al saber y a la verdad- que implica una operación de separación de aquello que al determinarlo lo aprisiona, la posibilidad de salir de la posición de objeto. Dar un paso.

De esto se trata que tener un deseo de deseo,  que no sea el deseo del Otro.                          Y que por esa vía pueda des-contarse del campo que lo determina, existir como sujeto deseante. Margen de libertad posible para el ser hablante.

Así entiendo cuando Lacan en su Seminario El momento de concluir  dice: saber-leer-de-otro-modo.

Si para alguien es posible sostenerse en el creer ahí, leer sus marcas en la resonancia de su decir, escuchar-se , podrá contar con eso, darse una vida de un modo más vivible.

El psicoanálisis en tanto es una práctica con consecuencias en el orden del decir que atañen al goce, en acto con-mueve al tiempo.

El análisis no es interminable; tiene un fin.

Ofrece las condiciones de posibilidad para que otro destino sea posible.

De la enseñanza de Lacan es posible extraer las condiciones necesarias para que se real-ize la operación de retorno que aporta a que Psicoanálisis siga.

Y entonces, así como no hay Lacan sin Freud; no hay Freud –ni psicoanálisis-sin Lacan.

Patricia Pirolo

Abril 2025.-


[1] Jaqcues Lacan. Escritos Tomo 2 Posición del Inconsciente. 790. 1960-1964