Andrés Barbarosch – Alicia Hartmann – Claudia Valenti
Adriana Hercman
Bienvenidos los presentes: miembros y participantes, miembros que integran los dispositivos de Escuela, a los responsables y corresponsables de las distintas secretarias que integran el Directorio, a quienes nos acompañan con el trabajo administrativo y técnico y a aquellos que se acercan a la Escuela por primera vez.
Antes de presentar a los oradores de hoy, me presento. Adriana Hercman, con orgullo, miembro AME y actual Directora de la Escuela Freudiana de la Argentina
Este brindis de inicio de las prácticas que hacemos a continuación de la clase inaugural del Seminario de Escuela “Para entrar al psicoanálisis”, renueva cada año la apuesta hecha por Masotta, quien cometió el acto decidido de fundar esta Escuela, a la que nominó Freudiana y de la Argentina. junto a quienes eligieron acompañarlo en ese acto, -es el caso de los fundadores Norberto Ferreyra y Anabel Salafia- quienes hoy, con su deseo, siguen convocando a otros a seguir en la vía haciendo escuela de una enseñanza…. Este año la Escuela cumple 50 años desde su fundación y, desde entonces, muchos de los que estamos aquí hicimos y hacemos nuestra formación en esta Escuela.
El presente de nuestra Escuela es tan inescindible de las marcas de su historia como de la orientación en el porvenir.
La Escuela, como el Cartel y el Pase, es un dispositivo de transmisión que se practica. La Escuela ofrece distintos modos para hacer su práctica: el Seminario de Escuela Para entrar al psicoanálisis, con la orientación de Anabel Salafia, es una de esas entradas, el Seminario Practicar el psicoanálisis a cargo de los fundadores de esta Escuela, el curso intensivo, curso de verano, los distintos seminarios y grupos de lectura y trabajo, pueden encontrar las distintas propuestas también de paneles, jornadas, coloquios previstos para este año, en la cartilla en la página web… Y, por supuesto, practicar los dispositivos de escuela que son el Cartel y el Pase.…
Este año se cumplen cincuenta años de la Fundación de la Escuela y es realmente una alegría y una satisfacción enorme que nos sigamos encontrando y que estemos pensando en la forma de festejarlo. Se festeja de más de una manera, la que mejor conocemos es trabajando: a ello nos vamos a encontrar el próximo 27 de abril miembros y participantes, convocados por la actual Comisión de Garantía, para conversar acerca del dispositivo del Pase en la escuela, también en el mes del aniversario, el 8 de junio en las Jornadas propuestas por Norberto Ferreyra: “La Función de la Escuela en la transmisión del psicoanálisis” que se van a hacer en la Fundación Beethoven al igual que las Jornadas Oscar Masotta, este año en el mes de octubre, porque septiembre nos encontrará en Mar del Plata en la Reunión Lacanoamericana…a fin de mayo el Coloquio de la Comisión de Enlace General de la Convergencia, los paneles de las distintas secretarías….bueno, como verán las ocasiones son muchas ….
Cada una de esas ocasiones son citas que nos damos para un tipo de encuentro que sólo una práctica de Escuela puede hacer efectivo.
Quería recordar en este brindis, que en el escrito Exhorto a la Escuela del ‘69, pocos años después de la fundación de su Escuela y Proposición del 9 de octubre -que ya había atravesado sus vicisitudes, suertes y dificultades- había planteado la pregunta acerca de si el psicoanálisis está hecho para la Escuela o bien la Escuela para el psicoanálisis. Y responde: Hay psicoanálisis y después hay Escuela.
Seguidamente, habla de la confianza que es necesaria suponer en lo que llama espíritu del psicoanálisis. Confianza que proviene de la práctica de los dispositivos de escuela.
Sabemos que en psicoanálisis puede retenerse la letra, pero no así el espíritu en el sentido que allí le da Lacan. Puede retenerse e incluso repetirse la letra, pero no el espíritu de la obra freudiana o de la enseñanza de Lacan. Puede retenerse la letra de los Estatutos que nos regulan hace treinta y tres años, pero no así el espíritu, la enunciación de esos estatutos, sin lo cual es letra muerta
El significado del término exhorto está en relación con el acto de persuadir con fuerza a alguien para que haga o deje de hacer algo. Nos exhorta a confiar en esta práctica de Escuela para lo que es su razón de existencia: el avance y el porvenir del psicoanálisis.
Es pensando en transmitir algo de ese espíritu al que Lacan se refiere en ese Escrito que el Directorio decidió realizar las invitaciones de las personas que hoy van a tomar la palabra para darnos la bienvenida. Ellos son:
Andres Barbarosch, analista AME de la Escuela, integrante de la actual Comisión de Garantía e integrante del Consejo de Escuela.
Alicia Hartmann, analista AME y AE de la escuela en el período 2018-2021, integrante del Directorio de la Escuela, Responsable de la Secretaría de Intercambios.
Claudia Valenti, analista AME de la Escuela y recientemente nominada AE de la Escuela para el período 2023-2026.
Los escuchamos.
Andrés Barbarosch
Buenas tardes, muchas gracias a todos por estar aquí.
Es una gran satisfacción poder compartir este momento.
Quiero agradecer al Directorio de la Escuela Freudiana de la Argentina la invitación a dar estas palabras de apertura a las prácticas, a todo lo que se va a hacer este año.
Con una particularidad, la alegría de estar compartiendo esto en este año en que se cumple el 50ª aniversario de la Escuela Freudiana de la Argentina. Es un momento particularmente emotivo por esto, y por contar entre nosotros, a sus fundadores: Norberto Ferreyra y Anabel Salafia. Una alegría.
. Y, por otro lado, con la amargura de lo que estamos viviendo en el país. Es bastante difícil, saber que decir, pensé un poco las cosas tratando de tener en cuenta estas dos situaciones, tan disímiles y tan encontradas y como apoyo tomé notas de dos libros.
Dos libros, que son dos libros de notas. Uno del artista, Daniel Santoro, a partir de una muestra que estaba el año pasado, recientemente se podría decir y tan lejos también el tiempo, en el Museo Nacional de Bellas Artes, que se llamaba “Panorama”. Era una especie mural de unos 30 metros que rodeaba una sala. A un lado de la entrada a la sala había imágenes de un teatro de la memoria, es el significante que quiero rescatar hoy. Hablo de la memoria, por el arrasamiento de la memoria que estamos sufriendo.
Un teatro de la memoria que se imaginó durante siglos, que lo soñaron durante siglos, donde dentro de ese teatro estaban las acciones, los personajes, las ideas. Iban circulando los libros, las pinturas. Todo eso estaba en ese teatro de la memoria. Y al otro lado de la entrada de la sala, dentro de esa muestra había imágenes ampliadas de un libro de apuntes, escrito por el artista del que tomé un fragmento que se los quiero compartir por lo hilarante que es y por la relación que tiene con el psicoanálisis; y particularmente con el psicoanálisis lacaniano.
El fragmento está en una parte que se llama “Anotaciones y apuntes”; de ahí viene la idea de nota. La otra referencia que voy a tomar, de la que voy a pasar a comentar algo es “Notas para un analista”, de Norberto Ferreyra, está en el libro El decir y la voz. Notas para un analista.
Entonces, son las notas de Santoro, más las notas de Norberto Ferreyra. Apoyándome en estas notas voy a tratar de decir algo en lo concerniente a la apertura de las prácticas.
Bueno, les leo un fragmento. El libro son notas, son dibujitos, cosas que él va escribiendo; apuntes y anotaciones – lo primero que voy a leer no tiene tanta importancia, viene a cuenta de lo que sigue-. Dice así: “La pintura encáustica (cera) Plinio el Viejo, (Tratado romano), Apeles, Apolodoro, Pausas, Poligloto… cadena significante holofraseada, pegada, sin intervalos. El sujeto está determinado por las particularidades de la cadena significante”; – esto es Santoro, eh, Lacan, no sé – “lo que inscribe la falta. El intervalo en la estructura es la función paterna. La metáfora paterna es un intento de formalización del Edipo freudiano. No es mayor o menor presencia del padre en la realidad, que hay que localizar a nivel del padre simbólico. Lo que crea la función paterna es el significante, Nombre del Padre, no los efectos que produce el padre del sujeto, sino la operación simbólica del Nombre del Padre; es un significante.
Bueno, soporte de la ley, deseo de la madre, etc. Y hay un dibujito, que lo comento porque no se va a ver: El nene parado arriba de la mamá; la mamá lo tiene por los tobillos. Mira por la ventana y a través en el paisaje ve un animalito y un arbolito, y abajo del niño y de la madre dice: Ser el falo
El niño está viendo por una ventana, que sería la del fantasma. Está viendo la realidad, pero no sabe que está agarrado por la mamá, siendo el falo de la madre.
Bueno, se los recomiendo, es muy hilarante. Uno se ríe a lo loco con esto; y es muy lacaniano también.
Y, por otro lado, tomé “Notas para un analista”, de Norberto Ferreyra.
De estas notas, una idea que tengo insistentemente, que uno tiene, y cuando viene a la Escuela también, la idea de tratar de atrapar el saber psicoanalítico, de una vez y para siempre.
Y hay muchas cuestiones en Lacan que tienden a eso, a imaginar que hay un saber psicoanalítico ya constituido. Pasa con las cuestiones que están presentadas en el plano, que muchas veces permiten reflexionar; supongamos el grafo del deseo. Entonces una idea es ver la última versión del grafo del deseo, o los cuatro discursos tal como están escritos, por ejemplo, en cuanto al deseo en el Seminario VI El deseo y su interpretación, al final, o en cuanto a los discursos, en “Radiofonía”, etc.
Y, en realidad, lo que me interesa plantear es que hay algo imaginario en eso. Para todos nosotros es una gran decepción no poder atrapar el saber psicoanalítico de esa manera, porque el concepto, más que estar constituido en un lugar, es algo que va tomando forma en el tiempo y va variando con el tiempo. Y esto ocurre tanto con la enseñanza de Lacan, si uno se detiene sobre los grafos, por ejemplo, con toda la elaboración que va haciendo Lacan de los grafos; como también uno podría decir: Bueno, ¿y cómo es esto? ¿Entonces en el tiempo el concepto va variando?
Sí, efectivamente es así.
Y para ello, lo que tuve de contacto con esto, que me resultaba difícil pensarlo, pero como un saber que se va a constituyendo en acto, como lo que venimos a hacer a la Escuela es aprender psicoanálisis también, entre otras cosas… Bueno, esto ocurre con la enseñanza, así como con la de Lacan, como con la de otros, como con la de Ferreyra.
Esto está muy presente en “Notas para un analista”, donde incluso traduce, a diferencia de muchos otros analistas, por ejemplo, el analista se autoriza… Tradicionalmente, se dice de sí mismo; él se encarga de traducirlo como el analista se autoriza de él mismo, en el sentido de plantear esta terceridad e involucrar, con la terceridad, la palabra, el inconsciente.
Ahora, en este libro el desarrollo es este comentario, pero en otros libros van a encontrar como puede ir tomando otros aspectos. Va agregando fragmentos, va pensando otras cosas acerca de lo que implica la frase: el analista se autoriza de él mismo, que no sea un sí mismo, lo va a llevar a otros planteos en torno al lui meme y en torno al fin de análisis; el analista se autoriza de él mismo y de algunos otros.
Esto es una parte fundamental de la enseñanza; al menos para mí, en lo que transmite, de la cuestión del tiempo y del otro, del con “algunos otros”. Pero no del Otro con mayúscula, del otro con minúscula, del semejante. Es algo que ha insistido constantemente en pensar. Entonces, está la autorización del analista, pero está la relación con algunos otros, y esto mediatizado por la cuestión… haciéndolo pasar por la cuestión del objeto a. O sea, que ese otro, el semejante, involucra el a. Y así Ferreyra va construyendo la idea del extimio, que toma de Lacan, para plantear un exterior, que es interno a la vez ya sea borde, que nos constituye en la relación con el otro, pero al mismo tiempo va dando su propia forma a este desarrollo para hablar del lazo social.
“Notas para un analista”, también retoma cuestiones de la política, muy importantes, para pensar el tema del neoliberalismo y el totalitarismo. También muy oportunas para esta época, y como nosotros, de alguna manera, podemos estar curados gracias al psicoanálisis, en cierta medida; nunca del todo, pero en cierta medida de esto, por la relación a la castración, que Ferreyra se encarga de distinguir de la mutilación o de cualquier otro orden que sea de sacrificio para el sujeto. El psicoanálisis es un lugar para el deseo, yo entiendo la Escuela así, como un lugar para trabajar sobre el deseo del analista es lo que quería transmitir hoy.
Alicia Hartmann
Practicar la escuela, dar comienzo a las prácticas en el año 2024, me transportó a 1974, a pensar en los años de su fundación.
La invitación del directorio para decir estas palabras es para mí muy importante, por un lado, por provenir de este espacio al que pertenezco, un gran espacio de trabajo y de lazos afectuosos, y por otro porque es en el marco de este año donde los 50 años del recorrido de la Escuela Freudiana de la Argentina hacen hoy una realidad presente y vívida.
La preparación de estas palabras me condujo a la lectura de ese bello Libro Blanco de memorias de la fundación que se titula Escuela Freudiana de la Argentina Homenaje a Oscar Masotta y en letra pequeña hay un agregado Renovación de un pacto. Esta última frase tiene una especial vigencia en el día de hoy.
En la contratapa la foto de Masotta, impactan su mirada y un telescopio creo que en la cubierta de un barco que permite -me lo imagino así- hacernos ver que hay un horizonte, un camino por recorrer que este año se conmemora, sólo un tramo, porque seguiremos, no es poco, es medio siglo.
Pero además en esa contratapa hay un telegrama, en esos tiempos era de uso habitual el telegrama, hasta para felicitar por un cumpleaños, se acerca el cumpleaños de nuestra Escuela. Pero el telegrama, ese pedazo de papel que nos traía el empleado de Correos aseguraba al que lo enviaba, con la firma de quien lo recibía, que el mensaje llegó a destino. Y así es.
El texto, lo leo, La EFBA fundada el 28 de junio de 1974 Para resguardar fines, reconoce su despliegue en el campo del Psicoanálisis, y como efecto de discurso no tergiversado en su seno continúa hoy bajo el nombre de Escuela Freudiana de la Argentina. La integran quienes poyan su firma a mi firma. Oscar Masotta.
Faltan conectivos en el texto como era habitual en la escritura de un telegrama, pero como se trata en el discurso del psicoanálisis no nos sorprende, no hace falta decirlo todo, ni tampoco hoy es necesario hacer un recorrido de esa historia. Sino simplemente dar cuenta de un comienzo de este momento fechable en el día de hoy 12 de abril de 2024. Cada año en abril renovamos nuestro pacto de trabajo de escuela cuando comenzamos las prácticas.
Esta invitación me llevó también a releer los Estatutos de nuestra Escuela que tiene una instancia que es Resguardo de la Función de Transmisión. Esa función de transmisión, esa instancia, tiene a su cargo el funcionamiento del gradus AMP, AE y AP de las prácticas de la Escuela. Gradus que junto con el cartel son nodulares al espíritu de la Escuela. A las prácticas se las ubica como el lugar de transmisión y hoy justamente estamos comenzando con el Seminario Para entrar en el discurso del Psicoanálisis y seguirá en poco tiempo con Para Practicar el Psicoanálisis, que hacen a la enseñanza y formación donde sus fundadores conducen, nos guían con su deseo de sostener estos espacios, hacen transmisión de lo que consideran crucial para el discurso de nuestro tiempo, a ellos nuestro agradecimiento por su valiosa enseñanza.
Me pregunté entonces qué telegrama podrían mandar en este momento Norberto Ferreyra y Anabel Salafia. Y encontré estas palabras que quiero hacerles recordar, que están en la primera hoja de los Estatutos: que es necesario que la experiencia del análisis sea transmisible y comprobable nos dice N. Ferreyra. Se pregunta Norberto: ¿Dónde se encuentran las mayores encrucijadas que hacen a la transmisión? Creo que una respuesta posible es el lugar del analista, a su posición en el discurso, que hace a la formación.
Sabiendo que analista es un lugar a ocupar o no y que cuando transmitimos siempre lo hacemos desde un lugar de analizantes.
Dice Lacan en la Alocución sobre la enseñanza (1970): Me sobrepongo al cansancio de tener que escribir en el pizarrón lo que llamé mis cuadripodos y los invito a confiar en que donde está el Sujeto barrado se encuentra el enseñante, se encuentra cuando hay enseñante lo que no implica que lo haya siempre en el .
Hoy en el 2024 comenzamos las prácticas además de los Seminarios orientadores ya mencionados, muchos espacios que convocan al deseo de sostener nuestro discurso.
Es un espacio el de las prácticas donde se pone en acto el deseo de cada uno, insisto, haciendo el lazo que hace que lo que se produzca sea con otros.
Donde se resguarda que nuestra relación a la causa que no sea engullida por ningún discurso totalitario tan eficiente en nuestros días y destruya lo que Freud y Lacan trataron de instituir. Dice Lacan en la misma alocución no hay fábrica de enseñanza, parte de mis principios es esperar es no esperar nada del hecho de que mi discurso sea tomado como enseñanza. Se puede interrogar a Lacan, se hace necesario hacerlo. Por eso la práctica del discurso del psicoanálisis en nuestro tiempo es como dijo Anabel Salafia, hacerle frente al discurso del odio y la segregación, y la interrogación también se plasma allí.
Hoy en el marco de nuestros 50 años de existencia es necesario que ex-sistamos Psicoanalistas no muertos: va carta, va telegrama, va facebook, twitter no, para concluir que en la Escuela enseñanza, trasmisión y formación de analistas continúen, que haya mas firmas y nuevas firmas sean renovación del pacto.
Recordando que, y en eso creo coincide Ferreyra con Lacan, que no hay modelo para una Escuela, que quizás también sea necesario mas que nunca seguir practicando.
Claudia Valenti
¡Qué nervios, qué emoción!
Quiero agradecer mucho, Adriana, tu invitación. Agradecer por los compañeros de mesa que me tocaron. Es un acontecimiento sumamente importante, muy emotivo y de gran honor para mí poder estar hoy en la apertura del 50 aniversario de la Escuela Freudiana de la Argentina.
Quiero contarles una pequeña anécdota que para mí fue muy fuerte. Brevemente se lo dije Adriana, en qué condiciones yo recibí su invitación, que fue a través de un audio que dejó en mi teléfono porque no me encontraba. Escucho el audio con la invitación a estar hablando hoy acá, justo cuando salgo del cine de ver “Zona de interés”. Fue realmente una cosa muy impactante, porque abro el teléfono en lo que voy saliendo de una suerte de subsuelo, donde estaba la sala del cine, y escucho la voz de Adriana.
¡Qué suerte, qué suerte, qué suerte! Escucho la voz de la directora de la Escuela Freudiana de la Argentina, que es el lugar donde estoy; porque acababa de salir de ver algo… Donde lo que se escucha es de una estética particular, la de esa película; lo que se escucha es el arrasamiento, la segregación, lo que el hombre es capaz de hacerle al hombre, hasta instancias inauditas, diría, porque es capaz de escucharse, en esa película, al punto de cómo pueden, digamos, pretender eliminar el resto hasta de los que se supone de su lado.
Se entiende bien lo que estoy diciendo…
Bueno, dudé en principio si traía o no traía esta anécdota, pero me pareció importante porque desde que recibí la invitación hasta acá es algo que me tiene el cuerpo absolutamente conmovido. Y me parecía muy importante porque no dejaba de pensar en qué suerte que ocurre otra cosa que esa zona de interés, que para mí es un lugar para el deseo. Creo que mis compañeros, cada uno lo dijo de algún modo.
Y esta Escuela, para mí, es un lugar para el deseo por muchas razones.
Adriana comenzó enumerando varios de los lugares que hay, y tanto Andrés como Alicia también dijeron de los lugares que hay en esta Escuela para formarnos; y creo que la apuesta sigue siendo esa: la formación de los analistas, la transmisión del discurso, la enseñanza del psicoanálisis, que algunos toman a su cargo. Son lugares tan importantes esos, como los dispositivos Cartel y Pase. Y a propósito de eso, quiero agradecer la invitación que acaba de llegar hace poco, que Adriana también mencionó, a la conversación que se va a llevar a cabo el 27 de abril, porque me parece que la Comisión de Garantía encontró, digamos, el tono justo para armar esa convocatoria, que es una reunión de miembros ampliada a los participantes.
Y me parece fundamental porque creo que las cuestiones en el psicoanálisis se practican en lo que decimos, cómo lo decimos, y eso es cada vez. Y que se pueda hacer pública una actividad, no solo de la presentación de los informes de Cartel de Pase, sino que se pueda seguir discutiendo la cuestión del Pase y de la Escuela, me parece fundamental porque eso saca al dispositivo mismo de lo que podría ser algo del orden para unos pocos, pasa – como yo lo entiendo— a la dimensión de lo público, y en sentido me parece que esta Escuela siempre está abierta a eso: a invitar a que el público se acerque y que caiga acá adentro, porque es el mejor lugar. Realmente yo creo que, para mí, la Escuela Freudiana de la Argentina es el mejor lugar para formarse y para seguir practicando el lazo con otros y renovarlo cada vez. Hoy más que nunca porque cumplimos 50 años.
Solo voy a agregar una cosa: Quiero agradecerles mucho a los fundadores, acá presentes, Norberto Ferreyra, Anabel Salafia, por la inmensa generosidad que han tenido, y tienen, y sostienen durante estos 50 años. Así que, muchísimas gracias a ellos.
Además, quiero, al lado del nombre de Norberto y Anabel, poner el nombre de todos y cada uno de ustedes, mis compañeros, los miembros de esta Escuela, cada uno de los que estamos inscriptos a nombre de miembros, a nombre de participantes, a nombre de: queremos seguir haciendo escuela en la Escuela, por muchos años más.
Muchas gracias, y pasemos a brindar.